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Las inteligencias múltiples en la Danza – primera parte: LINGÜÍSTICA
Cuando estudié y luego ejercí en la pedagogía, una de las cosas que más me apasionó fue experienciar el cómo las personas aprendían distinto. Cómo formulaban en sus mentes las premisas, cómo las desarrollaban y cómo las recordaban. Es realmente hermosa la complejidad del cerebro humano pero también lo es aquello que nos hace únicos. Y eso, no tiene que ver sólo con la mente, sino también con nuestro cuerpo y sus sentidos, nuestras emociones y nuestro espíritu.
Cuando la experiencia de aprendizaje logra reunir todos estos conceptos, éste se enriquece de tal manera que para los estudiantes se vuelve en aprendizaje SIGNIFICATIVO.
La teoría de las inteligencias múltiples echó por tierra la típica y retrógrada concepción de que las personas inteligentes son las científicas o las humanistas. Echó también por tierra el famoso Coeficiente Intelectual. La inteligencia no es una, ¡¡son muchas!! Y no tiene una sola manera de manifestarse: ¡¡tiene muchas!!
Las inteligencias múltiples, desarrollada en primera instancia por Gardner, pueden ser utilizadas en la danza: para enseñar, para aprender, para memorizar y para crecer. ¿Veamos?
La Inteligencia Lingüística:
Estas personas comprenden muy bien el orden y significado de las palabras, tanto en escritura como lectura, al hablar y también al escuchar. Éste es un tipo de expresión de nuestra inteligencia que a mi juicio es tremendamente importante, ¡ya que nuestra Danza Oriental aún no tiene una nomenclatura definida! Por eso, aunque no tengamos todos los nombres de nuestros pasos y movimientos, las instrucciones de la profesora deben estar claras. El “pin”, “pop”, “chum”, “chan” no son palabras, son onomatopeyas de cómo sonaría tal o cual movimiento.
En este caso, la profesora debe tener clarísima la descripción de lo que está haciendo, en cuanto a la Anatomía del movimiento: qué músculo y huesito se está moviendo, en qué dirección, donde se siente y cómo compromete al resto del cuerpo. Además, cómo y en qué lugar de la música y a la relación con el espacio.
Humberto Maturana dijo que “el lenguaje crea realidades” y yo no puedo estar más de acuerdo. Al saber qué estamos haciendo y enseñando, debiéramos tener la capacidad de describirlo, nombrarlo, dirigirlo y crearle a las alumnas ese mapa de ruta en sus mentes y cuerpos.
Si tú no eres profesora pero amas la danza, también puedes hacer el ejercicio en tu práctica personal: describe lo que haces y anota las dudas o los espacios en blanco.
Te aseguro que este primer ejercicio de Inteligencia Lingüística mejorará tu desempeño como bailarina, como profesora, como alumna o simplemente como alguien que quiere expandirse en lo que ama.
¡En la próxima entrada hablaremos sobre la Inteligencia Matemática!
Un abrazo en la Danza,
Marwa.